El año pasado los estudiantes del IUNA nos movilizamos de forma histórica. Alentados por un movimiento que venía creciendo en los colegios secundarios, profesorados y facultades de la UBA, con tomas por mejoras edilicias y más presupuesto, en reclamo al gobierno de Macri y al de los Kirchner, comenzamos a discutir los problemas estructurales de nuestra universidad y cómo pelear para resolverlos.
El 1ro de Septiembre los estudiantes de Audiovisuales dijeron basta. Decidieron la toma de la sede y con esta se desencadenaron las tomas de Artes del Movimiento, Folklore, Visuales, Formación Docente y finalmente la del Rectorado. Asambleas de cientos de estudiantes en cada departamento, festivales, jornadas artísticas y marchas multitudinarias, lograron poner sobre la mesa la emergencia edilicia del IUNA, consiguiendo tres nuevos edificios (dos alquileres y una compra).
El 1ro de Septiembre los estudiantes de Audiovisuales dijeron basta. Decidieron la toma de la sede y con esta se desencadenaron las tomas de Artes del Movimiento, Folklore, Visuales, Formación Docente y finalmente la del Rectorado. Asambleas de cientos de estudiantes en cada departamento, festivales, jornadas artísticas y marchas multitudinarias, lograron poner sobre la mesa la emergencia edilicia del IUNA, consiguiendo tres nuevos edificios (dos alquileres y una compra).
El IUNA, declarado en emergencia edilicia desde el 2005, nunca había incorporado, desde su creación en 1998, nuevos metros cuadrados. Todas las sedes tienen problemas edilicios: falta de espacio, falta de acondicionamiento de las aulas a las necesidades particulares de las disciplinas que estudiamos, falta de mantenimiento y de salidas de emergencia.
Todos vivimos la limitada oferta horaria en las materias, con cátedras y horarios únicos que dificultan nuestro avance en la carrera. No tenemos donde producir, donde ensayar, donde componer; falta presupuesto para alentar proyectos de producción de los estudiantes.
Por todo esto, el ingreso al IUNA es restrictivo, al punto de que en ciertos departamentos entra solo un 25% de los aspirantes, volviéndose de esta manera una universidad de arte pública pero elitista.
La lucha del año pasado desenmascaró todos estos problemas que estaban naturalizados en el IUNA, poniendo en evidencia a una gestión corrupta que se negaba a exigirle soluciones al Ministerio de Educación. Desenmascaró también la política de este gobierno que se llena la boca hablando del desarrollo de la cultura y el arte mientras ahoga presupuestariamente a la única universidad pública de arte del país; un gobierno que alentaba las tomas de los colegios secundarios, mientras en la UBA y en el IUNA intentaba desarticularlas; que elige destinar presupuesto al pago de la deuda externa antes que destinarlo a educación y cultura.
Mueva IUNA mueva
Lo que se consiguió es un avance, pero no alcanza. Es necesario seguir luchando para conseguir que el Rectorado y el Ministerio se comprometan a elaborar y llevar adelante un Plan Integral que resuelva verdaderamente los problemas edilicios. Junto con esto es necesario avanzar en la lucha por mayor presupuesto, para tener más cátedras, más comisiones y equipamiento. Para terminar con el ingreso restrictivo y que todo el que quiera estudiar arte pueda entrar al IUNA. Avanzar en la departamentalización de las áreas y democratizar los órganos de gobierno.
Entendemos que para cambiar de fondo los problemas de nuestra universidad, para democratizar el acceso a la educación artística y transformar su contenido, es necesario cuestionar y transformar de fondo la sociedad en la que vivimos.
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